CALEIDOSCOPIOS
Selección de obras de Net art

Artistas: Rafael Lozano-Hemmer (México), Sergi Jordá (España), Julia Masvernat (Argentina), Christian Oyarzún (Chile), Carlos Trilnick (Argentina), Daniela Kutschat y Rejane Cantoni (Brasil). Selección: Gustavo Romano

[INGRESAR A VER LAS OBRAS]

por Gustavo Romano

KALEIDOSCOPIO proviene de las palabras KALOS- bello, EIDOS-forma y SCOPEO-observar; es decir, significa “instrumento para observar formas hermosas”. Ahora bien… ¿podemos hablar de meras formas hermosas? Recordemos la respuesta que daba Marcel Duchamp en una entrevista que le hiciera Pierre Cabanne en la que le preguntaba por el origen de su actitud antirretiniana: “Es causada por la excesiva importancia atribuida a la retina. Desde Courbet  se cree que la pintura se dirige a la retina; eso ha sido un error que ha cometido todo el mundo. ¡El escalofrío retiniano! Antes, la pintura tenía otras funciones, podía ser religiosa, filosófica, moral... Si bien yo tuve la posibilidad de tomar una actitud antirretiniana, eso desgraciadamente no cambió mucho; todo nuestro siglo (el XX) es completamente retiniano, salvo por los surrealistas y de todas formas no fueron demasiado lejos.”

El escalofrío retiniano. Tomando en cuenta sus producciones e investigaciones ópticas como los Rotoreliefs o las “precision optics”, esta aseveración se presenta como una falsa antinomia. Es que Duchamp habla como artista, no como público. No se refiere a la contemplación de la obra creada, sino a la mirada del artista a la hora de crear. Su actitud antiretiniana es simplemente una negación a la representación mimética y al virtuosismo esteticista que esta implica. No se trata de pintar lo que se ve sino lo que se piensa y, en este sentido, sus obras evidencian un plan racional y matemático que subyace detrás del resultado visual a la vez que se plantean como máquinas de sentido que deben ser decodificadas. Algo que resulta muy familiar en el terreno de las producciones digitales. El conjunto de obras seleccionadas para esta muestra tienen en común por un lado esta construcción racional y por otro un resultado visual o sonoro cercano a postulados tanto de abstractos como de concretos o cinéticos y que abordan las nuevas posibilidades de los medios digitales para incluirnos en el entorno no representativo por excelencia: el entorno digital. ¿Qué puede ser más concreto que lo virtual? Y por otro lado: ¿Cómo se trasladan esos postulados al medio digital?

El proyecto <voodoochild> de Cristian Oyarzún consiste en una colección de piezas de software entre las que encontramos animaciones, piezas interactivas, generativas que trabajan sobre distintas aproximaciones ópticas y cinéticas y que se exhiben tanto en formato web como en presentaciones performáticas.
Las citas a los trabajos ópticos de Duchamp, en especial los Precision Optics, nos llevan a ver estas experiencias reunidas en <voodoochild> desde las nuevas aproximaciones que nos permite el campo de lo digital: interactividad, feedback, animaciones reactivas a su propio audio o a sonidos que incorpore el usuario. Oyarzún nos plantea un universo puramente digital en el que los algoritmos se convierten en formas visuales puras. Esta relación entre código e imagen nos hace recordar a los juegos de palabras a los que era aficionado Duchamp y al nombre de aquella experiencia fílmica, Anemic Cinema, en donde anemic es un anagrama de cinema. En ese film dos niveles de lectura competían, las formas geométricas por un lado y las palabras por otro. Lo que vemos en <voodoochild> es que el nivel de las palabras se esconde de nuestra vista camuflado en figuras geométricas matemáticas que las mismas palabras, convertidas en código, generan.

Esta conversión de lenguajes a formas abstractas puras no miméticas se da también como resultado de una serie de operaciones que conforman la obra Suspensión amodal de Rafael Lozano-Hemmer. Esta instalación interactiva a gran escala fue diseñada para la inauguración del nuevo centro de arte YCAM ( Yamaguchi Center for Arts and Media) en Japón. La instalación permitía a los participantes transformar el firmamento con mensajes cortos enviados por Internet, teléfono celular o terminales locales. Los mensajes se codificaban como secuencias de luz generadas por 20 cañones antiaéreos y permanecían circulando en el cielo hasta que alguien los leyera. Para leer mensajes se podía usar el teléfono móvil o una simulación tridimensional en Internet. Al ser leídos, los mensajes se retiraban del cielo. La pieza estuvo activa del 1 al 24 de noviembre del 2003.

Esta operación en la que la transposición de medios da como resultado una serie de composiciones abstractas en el cielo, reduce a la palabra a su mínima expresión en el entorno digital: solo ceros y unos iluminando el cielo nocturno en una nube de mensajes vacíos donde, como lo señala el mismo Lozano-Hemmer, “no hay catarsis, no hay narrativa… la pieza se compara mejor con una fuente de agua en una plaza pública que con un show de luces y sonido”. El autor hace referencia también al concepto de integridad tensional (tensegrity) de Richard Buckminster Fuller. La construcción final de Suspensión amodal que se basa en el equilibrio entre tensión y pulsión de sus partes, nos recuerda el concepto de Fuller no solo en su aspecto visual sino por la dinámica de la actividad de los participantes: es que ese equilibrio está sustentado por aquellos que envían el mensaje (si nadie lo hiciera el cielo quedaría oscuro) y aquellos que leen (si nadie leyera, la nube de luces crecería eternamente). Un caleidoscopio colectivo que se autoorganiza y que no es posible controlar individualmente.

En cuanto a participación colectiva y procesos generativos es particular el caso de FMOL (Faust Music On Line) de Sergi Jordá. Este trabajo fue una invitación en forma de software, especialmente desarrollado para el espectáculo Faust v3.0 de la Fura del Baus, para que creadores de todo el mundo pudieran participar a través de Internet en la composición de parte de la banda sonora del espectáculo: breves y numerosos fragmentos (alrededor de 60 temas de 20 segundos cada uno). El software FMOL , que una vez bajado de Internet se instala en la computadora del usuario es una aplicación independiente que combina elevadas prestaciones de síntesis y composición sonoras, con la posibilidad de conexión automática a una base de datos en la que residían todos los temas entregados hasta el momento. Mediante este software, sus usuarios podían no sólo aportar nuevas composiciones, sino también escuchar e incluso ampliar las ya existentes. Cada participante que accedía al servidor con la intención de componer, podía también modificar y enriquecer temas anteriores, con lo que se potenciaba un juego a modo de cadáver exquisito musical, en el que era posible conocer en cada momento a los autores de cualquier tema, y en qué porcentaje se dividirían la autoría en caso de que la pieza en cuestión fuera seleccionada para su uso. De esta forma, una idea o germen musical generado por un autor, podía evolucionar paralelamente en múltiples direcciones, siendo todas ellas igualmente accesibles al estar organizadas en forma de árbol. Como en el caso del caleidoscopio, esta especie de juguete sonoro preprogramado, se enriquecía con la multiplicidad, creando nuevas composiciones con cada movimiento, con cada intercambio.

Volviendo al terreno de lo visual pero manteniendo el componente sonoro se encuentra Luciérnaga sonora , una creación grupal interdisciplinaria desarrollada a partir de la idea y dirección de Julia Masvernat. La obra propone experiencias sensoriales manipulando delicadamente luz, forma, color y sonido donde todo se modifica con la participación de cada visitante, quien construye y percibe ritmos, espacios y tiempos diferentes. Pliegues, intersticios, desplazamientos, contracciones; un juego efímero de capas entrelazadas. Si bien este trabajo guarda estrecha relación con el resto de sus trabajos fuera del campo digital en donde predomina una particular exploración de lo abstracto, al abordar este nuevo campo, Masvernat aprovecha las posibilidades de lo digital manteniendo los puntos de partida de la abstracción (o quizás sería mejor decir, del arte concreto): el rechazo a lo mimético y la exploración de lo puramente visual con formas y procesos que sitúan a lo matemático dentro del plano de lo sensible.

En la misma línea, pero a la manera de los concretistas más extremos, dejando de lado el color y basándose en los impulsos lumínicos básicos, se encuentra el trabajo de Carlos Trilnick, el net-video Absbytes . A modo de homenaje al recientemente desaparecido Nam June Paik, Trilnick remite a la velocidad y la multiplicidad de las que hacía uso el artista coreano, pero lo aborda desde otra perspectiva. En lugar de generar una masa visual abstracta a partir de imágenes figurativas televisivas, Trilnick parte de imágenes sintéticas, puramente abstractas que recuerdan a la simple señal electrónica. En lugar de sentir que imágenes reconocibles se diluyen en un mar caótico de luces y colores, en Absbytes nos parece en cambio ver surgir desde el caos del ruido blanco, un universo de formas ordenadas, cambiantes y a la vez efímeras e inabordables como la electricidad misma. Un tubo catódico que nos recuerda al tubo de espejos de un caleidoscopio.

Si en el caso de Absbytes la experiencia buscada es únicamente visual, en el caso de OP_ERA lo que se busca es transformar un universo de formas abstractas en una experiencia inmersiva. En este trabajo conjunto de Daniela Kutschat y Rejane Cantoni la interacción con el público (ya no espectador) fundamental para la construcción de la obra, no se limita a un uso de determinados dispositivos de navegación, sino que se transforma en un entorno que se debe abordar corporalmente. Y si al mirar de niños un caleidoscopio teníamos la sensación de espiar un universo paralelo, al ingresar al entorno de OP_ERA lo que percibiremos es un mundo de abstracciones, una metáfora de la mente, donde nos encontramos inmersos como si pudiéramos ver nuestros propios pensamientos. Perdidos dentro del caleidoscopio, un extraño laberinto de espejos cuyas paredes se caen y se reconstruyen con cada movimiento.

 


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